jueves, 23 de octubre de 2008

Ausencias

Ante la ausencia soy impotente.

Marina Tsvietàieva,
en Una dedicatoria.

Un año más tarde, tuve nostalgias de nuestras charlas de antaño y le escribií una larga carta donde le contaba de mì y de mi padre. Necesitaba que supiera que el hablaba muy bien de ella. yo no tania la intenciòn de publicar ese texto, pero Georges insistió. Tenía razón, como de costumbre. La Carta a Marika fue mi mayor éxito de librería. Supongo que mi madre habría comprendido mi curiosidad por el sango puesto que a ella le apasionaban los viajes. Me habría encantado enseñarle cómo se dice en esa lengua "yo estoy solo": mbi yeke gi mbi oko, lo que significa, más exactamente, "yo estoy solamente yo uno". Oko es el número uno. La llamaré a Alice y le diré:
-¿No quieres venir? Yo estoy solamente yo uno.
Yo estoy solamente yo uno todas las noches en este momento.

Vassilis Alexakis,
en Las palabras extranjeras.

Estimé que no tenía más nada que temer de la lluvia. De todas maneras, estaba empapado hasta los huesos. Incluso me detuve cuando divisé el edificio octogonal. Pensé que, a pesar de las apariencias, Nzapa era un dios misericordioso y que habìa desatado esta formidable tormenta para hacerme olvidar una llovizna ateniense que me había entristecido en el mes de marzo.

Vassilis Alexakis,
Las palabras extranjeras.

viernes, 10 de octubre de 2008

tras la muerte

Un poderoso, un Dios o un jurado, decide que una pierda, un concurso, un padre o una madre, un billete. Desde todo punto de vista, una injusticia.
Mayo, 2007.


Es domingo de verdad y yo vine a soñar que hacías el asado. Estabas contento y gordo.
Te tengo en un mensaje de texto y en un segundo de audio, riéndote de la canción de Mora.
Sigo trabajando, parece que no hubiera parado, que nada hubiera pasado y de pronto días como hoy, con tanta ausencia.
Me tomé el vino que me regalaste, uso tus anteojos de sol y hablo de vos.

8 de julio, 2007.


Cumplo años mañana
y no vas a llamarme
pero te espero.

Recién ahora me doy cuenta.

16 de agosto, 2007


Ya no tengo quien esté orgulloso de mí.

14 de septiembre, 2007



Una casa chica es para sueños pequeños, dicen. Cuando me vaya de acá, cuando se venza el contrato, comenzará otro duelo, desarmar los estantes que empiezan a caer solos, enrollar las cortinas, ésas que inventamos y que ya empiezan a deshilacharse. Tendré que poner en cajas y bolsos y valijas, otros pequeños sueños.
23 de octubre, 2008